martes, 2 de junio de 2009

Fútbol-Mute


Ya acabó la temporada doméstica de fútbol y antes de que las sosísimas entregas sobre las concentraciones de "La Roja" y los fichajes de relumbrón del megalómano constructor nos hastíen más de la cuenta quiero reparar en el infame final de temporada que hemos vivido en lo respectivo al mundo de las retransmisiones futbolísticas.
El caótico sistema multipantalla de La Sexta (sólo convence si no está en liza el equipo de tus desvelos), su pléyade de comentaristas curtidos en amenas charlas de domingueros o en emociones imparciales desatadas a voz en grito y el aluvión de encuentros de escasa calidad televisidos parecían atisbar un cataclismo que finalmente ocurrió.
La final copera nos retrotrajo a tiempos de manipulaciones y censuras que creíamos felizmente olvidados. La primera en la frente, nada más comenzar la retransmisión Paco Grande intercambia, en el marco de un modesto guión de un minuto, el número de títulos coperos de Athlétic de Bilbao y Barcelona. Lo que pasó después todos lo conocen. Una ronda de conexiones alocada y alevosa justo en el momento de sonar el himno español en Mestalla. No contentos con ello, y con la desfachatez de alegar un error humano, enchufan en el descanso unas imágenes manipuladas ad hoc y acompañadas por un sonido ambiente depurado de "interferencias".
Como culminación a tan lamentable espectáculo nodogáfrico, y en la línea de la escasa competencia que para los programas futbolísticos ya ha demostrado sobradamente la presentadora, se encargaron de las entrevistas a los protagonistas de la final dos novatas en estas lides que se pasaron la noche persiguiendo a los futbolistas con escaso éxito para, a continuación, cubrirse de gloria con preguntas insulsas. Quién me iba a decir que hasta hubiera preferido sobre el césped al bronceado Quique Guasch o al cansino Iñaki Cano. Flaco favor se le hace así al pujante periodismo deportivo femenino.
Quizás ni Xavier Deltell hubiera sacado de quicio a Guardiola de forma más surrealista.
Resultaba difícil superar una retransmisión tan desastrosa, pero Antena 3 y su desaprovechado Territorio Champions se pusieron las pilas y nos masacraron anunciándonos una y otra vez la próxima emisión de Los Hombres de Paco durante la sacra final de la Copa de Europa. Así hasta la prueba de 1500 metros lisos de los JJ.OO. perdería su solemnidad, ya me los imagino insertando publicidad de aerosoles durante su veloz transcurso. Dieron la puntilla a su habitual ineptitud (y madridismo) reduciendo con un sistema de cuarteamiento de la pantalla las imágenes de la celebración culer, con fines, evidentemente, también publicitarios.
Con estas poco halagüeñas perspectivas (las mismas que transversalmente tiñen de marrón el actual fútbol-negocio) alcanza cada vez mayor actualidad el artículo "Queremos ver el fútbol en silencio" que escribió Hernán Casciari, el cual podéis leer en el siguiente link: http://blogs.elpais.com/espoiler/tdt/
Marcelo Lippi ya apostó por este método y no le fue del todo mal.
Escuchar los sonidos reveladores del graderío y del ritual que es el fútbol en sí mismo (aliñado por los siempre (o no tanto) atinados comentarios de nuestros acompañantes de turno) supone la comunicación más pura cuando la intromisión de unos comentaristas incompetentes sólo añade ruido en el proceso.

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