sábado, 18 de julio de 2009

Vivimos tiempos confusos



Tuve un profesor de Sociología, un tipo brillante, que solía espetarnos esa frase. Como una catarsis profética. Quizás aún no sabíamos bien a qué se refería en aquellos tiempos primerizos de universidad, pero lo intuíamos.
Reiteraba la sentencia con tranquilizadora convicción y la enmarcaba en ese proceso histórico que nunca se detuvo, pero que en aquellos momentos aparecía ante nuestros ojos como relativamente novedoso.
La globalización. O la mundialización, si prefieren la terminología francesa.
Cómo íbamos a ser ajenos a un acontecer dinámico que ya mostraba sus consecuencias desde tiempos del Imperio Romano, cuando la captura de fieras para los juegos de sociedad de la urbs ya propiciaba los primeros desequilibrios ecológicos en ciertas regiones. No tanto como en la URSS, pero los efectos se percibían.
Pensar globalmente, joder localmente. La lógica parece que no ha variado.
Afortunadamente, siempre hubo personas que supieron captar esta realidad compleja y nos facilitaron claves para su comprensión. Gente como aquel profesor que, añorando las semillas de tantas revoluciones nonatas y constatando la mediocridad de las "realmente existentes", nos incitó a pensar sin corsés ideológicos que estancan la inteligencia.
Con una aparente asepsia estética de corte oriental y desde el Círculo de Viena a la Escuela de Frankfurt, un cúmulo de referentes amalgamado por una personalidad excepcional.
Aunque parezca un tanto increíble, empecé a escribir este texto queriendo hablar de fútbol y al final improvisé un homenaje.
No soy nada mitómano, pero ejercicios de reconocimiento son útiles y pertinentes en ocasiones.
Mientras que él estará seguramente disfrutando de sus últimas lecturas a mí me toca seleccionar ahora una foto para ilustrar este artículo, así que me decido por una que pienso que nos gustará a los dos.
Salud profesor!

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