viernes, 6 de febrero de 2009

Sea por Andalucia libre, España y la Humanidad (y la SGAE)



Así reza la estrofa final del Himno Andaluz hasta la llegada del paréntesis del título, aunque a la vista de las últimas noticias es posible que sea necesario añadir la referencia a la SGAE en una nueva versión de la letra que compuso Blas Infante, padre fundacional del andalucismo político.
Leo anonadado que la Junta de Andalucía se ha puesto en guardia ante las informaciones acerca de cobros por parte de la SGAE en base a la utilización pública del Himno Andaluz. Tal afrenta, susceptible de herir las sensibilidades de un gran número de andaluces más allá de su condición política o preferencia nacional, resulta más sangrante cuando se constata que la descendencia de Blas Infante decidió ceder los derechos del Himno, la bandera y el escudo a la Consejería de Relaciones Institucionales de la Junta de Andalucía, es decir, a quienes detentan el poder autonómico andaluz como representantes del conjunto de los andaluces.
Una vez solventada por el momento la acuciante necesidad de proteger los derechos de autor mediante el polémico sistema de transición de los gravámenes sobre diversos soportes de grabación de archivos nos encontramos con este ejercicio de codicia depredadora que daña de forma lamentable la imagen de la SGAE por la insensibilidad que se desprende al tratar de obtener lucro a costa de símbolos que son patrimonio de todos los que los sienten como propios.

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