lunes, 12 de enero de 2009

El crimen de Cuenca


El que suscribe estas líneas ni es crítico de cine ni un especialista en el campo del celuloide. No obstante, de vez en cuando hablaré de algunas de las películas que más me han gustado, obviamente sin ningún afán de pontificar.
Empiezo, un poco al azar, por un título que habla por sí mismo.
Este filme de Pilar Miró resultó bastante polémico, no sólo por la crudeza de algunas de sus imágenes y por mostrar las vergüenzas y miserias de la España atrasada y caciquil de principios del siglo XX sino también por haberse estrenado en 1979, en el marco de los años más decisivos de la Transición. Ambientada en el pueblo castellano de Osa de la Vega, muestra un granado catálogo de personajes de la época (agentes del orden, políticos, funcionarios, etc.), a los que retrata sin tener piedad de sus defectos y arbitrariedades. Las escenas de torturas no tienen prácticamente parangón en el cine español y estremecen sobremanera, como una manera de recordarnos lo intolerantes que hemos de ser con esa práctica que tan extendida ha estado durante años entre algunos de los encargados de la seguridad del Estado.
Una historia basada en hechos reales, con imprescindibles pinceladas costumbristas que nos retrotraen a un país que queda descolgado de cualquier tipo de evolución a la altura de los tiempos, y al fin y al cabo, una ejemplificante historia de ignorancia e injusticia.

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